Construcción de rampa de emergencia

La Junta Directiva de la Seccional de la ANEP, del Hospital Nacional de Niños, hizo del conocimiento del Dr. Rodolfo Hernández Gómez, Director del nosocomio referido, la preocupación de los trabajadores y de las trabajadoras respecto al proyecto que se iba a iniciar, sobre la construcción de una rampa de emergencia en el sótano del hospital, ubicada ésta en el centro de los edificios, contiguo al Departamento de Nutrición.

Luego, tal planteamiento se formuló a varias autoridades nacionales (que se indican al final de esta comunicación). Igualmente, se le dio copia a diversas autoridades institucionales de la CCSS.

Sobran razones, a nuestro parecer, para que dichas obras se detengan en cuanto antes; los argumentos por los que nos oponemos, vehementemente, en la construcción de dicha rampa los exponemos enseguida.

  • La rampa de emergencia se construye en el centro de los edificios, particularidad que propicia el atrapamiento de humo en eventuales incendios u personas en el caso de derrumbe de los mismos edificios, algunos con hasta cinco pisos de altura.
  • La misma se construye sobre un relleno de aguas negras, lo que eventualmente provocaría inestabilidad del terreno.
  • El constante fluir de camiones entregando mercadería y provisiones, está obstruyendo la única salida posible en casos críticos.
  • Existe un tanque conteniendo 1.500 litros de oxígenos, altamente inflamable que, en caso de desgracia debido a un estallido, generaría un efecto devastador de 300 metros a la redonda.
  • Dicha obra se edifica, por otra parte, contiguo a un edificio de tres pisos con más de 80 años de construido (edificio antiguo Hospital Psiquiátrico Chapuí), al que aprovechamos solicitar, sea declarado no apto para el uso de sus instalaciones, se desaloje inmediatamente y se proceda a su correspondiente clausura. Asimismo, invocamos a las correspondientes autoridades, a que se recomiende la reubicación inmediata de todos aquellos servicios que ocupan el mencionado edificio Chapuí, de manera que el personal que ahí labora, se traslade hacia otras instalaciones, que ofrezcan verdadera y real seguridad para las personas en eventuales sismos, terremotos e incendios etc.; permitiendo del mismo modo su demolición, para que en ese mismo lugar se construya una nueva estructura con las normas y requerimientos de seguridad establecidas para este tipo de instalaciones.

Y es que en el viejo edificio “Hospital Psiquiátrico Chapuí” se reúnen, diariamente, más de 300 personas, entre personal que labora, visitantes, pacientes, acompañantes de pacientes y proveedores.

Es evidente por los años de existencia que dicho edificio no cumple con el actual código antisísmico de la República de Costa Rica, lo que le expone ante un eminente colapso y destrucción por evento sísmico de regular intensidad. En caso de destrucción o desmoronamiento, obstaculizaría la única salida de emergencia que tiene la rampa que hoy se construye mediante Licitación Pública, con un costo de alrededor de 90 millones de colones.

Dicho inmueble de más de 80 años de antigüedad, no ha sido objeto de reforzamiento antisísmico; no es accesible por personas discapacitadas al no poseer rampa ni elevadores; no cuenta con salidas de emergencia (sismos, terremotos, incendio etc.). Prescinde de estudios recientes de vulnerabilidad y no están identificadas las áreas de seguridad y lo que es peor, en 1999, sufrió un hundimiento importante en unos de sus extremos (costado sur del servicio de Mantenimiento y Cooperativa).

Los trabajadores y trabajadoras de esta organización estamos conscientes de la importancia de construir rampas para emergencias; sin embargo, somos del criterio que los edificios que constituyen el Hospital Nacional de Niños, por la naturaleza de sus funciones, su complejidad estructural y por la prestación de servicios que brinda a la niñez costarricense y a la sociedad misma, se convierten en lugares altamente vulnerables, por cuanto todos los días ingresan a los mismos, familias enteras, trabajadores, trabajadoras, padres, madres, niños y niñas de diferentes edades y condiciones físicas.

Así las cosas, creemos perentorio, urgente e inmediato, tomar las medidas preventivas del caso y no esperar a que ocurra un desastre para tomar las decisiones correspondientes respecto a la denuncia planteada.

Nuestro territorio está ubicado dentro del globo terráqueo, en una zona de gran actividad sísmica, comprendida en una faja de fallas tectónicas, característica que nos debe mantener en una constante actitud de alerta, por la acusadísima actividad sísmica y volcánica a la que estamos expuestos.

Y es que la decisión de construir dicha rampa de emergencia (así tenemos entendido porque el Director Médico no lo aclaró), en el lugar ya descrito, se debe a que construir la rampa en el frente del Hospital, desluce el inmueble; justificación contradictoria dado que somos del criterio firme, que vale más una vida humana que la estética de un edificio, levantado paradójicamente, para asegurar la salud y bienestar de la niñez costarricense.

Pedimos, al igual que en el caso anterior, se declare dichas instalaciones no aptas se proceda de inmediato al desalojo de su personal, y se clausure el área donde se bota el Oxido de Etileno. Asimismo pedimos a las autoridades correspondientes, evaluar la recondición de dicha área, para que ofrezca seguridad laboral a los y las trabajadoras, en materia de salud ocupacional.

Nuestra petición la basamos en que existe un gas, al parecer Oxido de Etileno, al que están expuestos los funcionarios y funcionarias del Servicio Central de Enfermería. Dicho gas, según tenemos entendido es cancerígeno, es inoloro, incoloro y altamente toxico, de uso obsoleto en procesos modernos de esterilización, situación esta que se asemejaría a los resultados por exposición en el caso de los sobre irradiados del Hospital San Juan de Dios.

Nos preocupa que, eventualmente, por la ubicación del gas (Oxido de Etileno) en el referido departamento, el mismo debido a la posibilidad de fugas, pone en serio riesgo al personal que labora en el referido servicio. Así las cosas, estamos ante un eminente riesgo de intoxicación y envenenamiento del personal que ahí labora, de los pacientes y acompañantes. Nos preocupa dos hechos recientes, de enfermedades terminales, que acabaron con la vida en circunstancias muy parecidas de dos funcionarios que para el Servicio Central de Enfermería laboraban, lo que de resultar relacionado con lo aquí denunciado, sin lugar a dudas, constituiría un hecho grave con las consecuencias para la CCSS que de ello se derivan.

Al igual que en el caso anterior, solicitamos a las autoridades correspondientes, en este caso a ustedes, revisar posibles proyectos para esta área, iniciados por nuestras autoridades superiores, de manera que se asegure un trabajo de calidad y beneficio para los y las trabajadoras, que en el Servicio Central de Enfermería laboran.

Esta petición se formalizó ante las siguientes autoridades:

*MSC. Luis Diego Morales, Director Ejecutivo, Comisión Nacional de Riesgos y Prevención de Emergencias (CNE)
*Lic. José Manuel Echandi Meza, Defensor de los Habitantes de la República
*Licda. María del Rocío Sáenz Madrigal, Ministra de Salud
*Lic. Ovidio Pacheco Salazar, Ministro de Trabajo y Seguridad Social
*Ing. Johnny Araya Monge, Alcalde Municipal de San José

Junta Directiva Seccional ANEP-HNN

3 de junio de 2004

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