Huelga en Japdeva: de la campaña electoral a la silla presidencial

Durante la campaña electoral presidencial pasada, antes de la segunda ronda, en el Canal 9 de televisión se dio uno de los interesantes debates que hubo entre los “principales” aspirantes a la Presidencia de la República.

En el marco del actual conflicto sociolaboral y patriótico-huelguístico que desarrollan los trabajadores y las trabajadoras de JAPDEVA, guiados por su histórica y legítima agrupación sindical, SINTRAJAP; es sumamente importante que tengamos en cuenta lo siguiente.

El entonces aspirante presidencial del hoy casi extinto Partido Liberación Nacional (PLN), señor Johnny Araya Monge, le preguntó a su contendedor del hoy prácticamente dividido Partido Acción Ciudadana (PAC), señor Luis Guillermo Solís Rivera, lo siguiente:

“Luis Guillermo, ¿qué posición tiene usted con respecto a la nueva terminal portuaria en Limón? Y esto se lo digo porque para Limón es muy importante y para el país, independientemente de los errores que puedan haberse cometido, es importante saber si usted está de acuerdo en seguir adelante con ese proceso…”.

El ganador de tal proceso electoral, hoy Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, le respondió a don Johnny, lo siguiente:

“…No, para mí me parece importantísimo pero no independientemente de los errores que se hayan cometido. No, don Johnny, no independientemente. Fueron muy grandes los errores, fueron muy serias las equivocaciones, le están costando a este país demasiados millones de dólares y entonces aquí, independientemente, nada, aquí hay que poner las cosas sobre las íes y garantizarle a Limón con las condiciones que se tenga y que se requiera un punto digno o/y a los trabajadores también de Japdeva y a los demás, las posibilidades para que ellos también hagan el buen trabajo…”.

De la pregunta del entonces candidato presidencial, don Johnny, al hoy Presidente del país, don Luis Guillermo (ambos llegaron a la segunda ronda en la cual, el primero recibió una paliza electoral inédita en la historia electoral nacional de los últimos tiempos; y el segundo, recibió un mandato político de enorme magnitud que pareciera hoy querer dilapidar); notamos que: 1) Ambos admitieron que en todo el proceso para entregarle, vía “concesión”, los muelles nacionales de Moín y de Limón a la transnacional holandesa APM Terminal, hubo “errores”.

El señor Araya Monge empleó, al formular su pregunta, la frase “…los errores que puedan haberse cometido”; el señor Solís Rivera, en su respuesta habló de “…los errores que se hayan cometido”.

La gran diferencia (en ese momento del debate presidencial televisivo de Canal 9), fue que para el candidato Araya Monge el proceso hacia la entrega a la transnacional APM Terminals, de los muelles de Limón y de Moín, debía seguir adelante, “…independientemente de los errores que puedan haberse cometido”. Mientras que para el candidato Solís Rivera, el proceso debía seguir “…pero no independientemente de los errores que se hayan cometido”.

El hoy mandatario fue más contundente, todavía. “No, don Johnny, no independientemente”. Es decir que, en ese momento, la posición ética y la de la transparencia en torno a este leonino contrato muellero, fue la del hoy Presidente Solís; puesto que su oponente, el señor Araya, prefería que el proceso de concesión siguiera pese a “errores” (o como se dice en el lenguaje del pueblo, “tortas”, pura y simplemente).

En esa posición de transparencia de ética, don Luis Guillermo fue mucho más lejos, hablando en ese momento “sin pelos en la lengua”. Dijo él: “Fueron muy grandes los errores, fueron muy serias las equivocaciones, le están costando a este país demasiados millones de dólares y entonces aquí, independientemente, nada, aquí hay que poner las cosas sobre las íes…”.

He aquí el punto fundamental de la cuestión y he aquí una explicación del gran enojo del pueblo trabajador de SINTRAJAP y de la ciudadanía limonense que está indignada por ese vergonzoso contrato en contra del bien común y del interés nacional: “Fueron muy grandes los errores, fueron muy serias las equivocaciones, le están costando a este país demasiados millones de dólares y entonces aquí, independientemente, nada, aquí hay que poner las cosas sobre las íes…”.

Este es el lapidario criterio del ahora presidente de nuestro país, cargo que ostenta por una abrumadora votación procedente de la clase trabajadora; como abrumadora fue la votación recibida por él, por parte del colectivo laboral de JAPDEVA, hoy en huelga patriótica, cívica, moral y éticamente correcta.

Porque quien es hoy Presidente de la República, en esto de la vergonzosa concesión que se le quiere imponer el país, entregando los principales puertos nacionales para que haya una “exportación” gigante de capital, tan necesario para el desarrollo de la región atlántica; indicó que hubo “grandes errores”, que hubo “serias equivocaciones” y que esto le está costando al país “demasiados millones de dólares”.

Aunque no lo compartimos, a lo mejor esto estaba en las mentes enojadas de trabajadores y de trabajadoras que el pasado lunes 27, quemaron un retrato presidencial, así como el de otros jerarcas ministeriales involucrados en el tema, en las afueras del local del sindicato SINTRAJAP.

Indudablemente que don Luis Guillermo debió pensar en ese debate que uno de esos “grandes errores”, de esas “serias equivocaciones”, es la cláusula 9.1 del ignominioso contrato, la que instaura (hasta por medio siglo y más), el monopolio privado de la actividad muellera del Atlántico del país:

“El concesionario es el único responsable de atender a las naves y los contenedores que se transportan en esta terminal, sean estos de exportación o de importación, labor que realizará por sí mismo o por medio de terceros debidamente autorizados por la Administración, en cuyo caso el concesionario sigue siendo el responsable directo ante ésta”. Si esto no es un monopolio privado y para el lucro personal del accionista, entonces, ¿qué es?

Aún está a tiempo el señor Presidente Solís de evitarle a Costa Rica, esos “grandes errores”, esas “serias equivocaciones” que él tenía claras producto del leonino contrato con APM Terminals, al momento del indicado debate presidencial electoral, en su condición de candidato.

Aún está a tiempo el señor Presidente Solís para evitar que ese monopolio privado de explotación mercantil de la actividad muellera del Atlántico del país, le siga costando al país los millones de dólares que él ya tenía claro que se estaban generando en contra del interés nacional y del bien común.

Si usted, señor Presidente, mantiene una coherencia de principios entre lo dicho en campaña y en la acción gubernativa, aquí tiene la estratégica oportunidad de mostrarle al país y a sus miles de votantes, que había en razón en elegirle y que usted sí quería impulsar, con sinceridad, el “cambio”.

Y si esa muletilla extorsionante de la “seguridad jurídica” del país le tiene “agarrado del cuello” por parte de los vampiros corporativos del gran empresariado y sus bufetes de lujo con tarifas “a la neoyorkina”; pues la salida se la da el propio contrato en su cláusula 12.10: “Renegociación del contrato de concesión”. La misma dice: “La renegociación del Contrato podrá tener lugar tanto a instancia de la Administración Concedente como a solicitud del Concesionario”. Aquí tiene usted la tan llevada y traída “seguridad jurídica” que tanto le preocupa y que le permite pedir una renegociación, ¡oh paradoja!: dentro del mismo contrato leonino. ¡Proceda, señor Presidente!, con el mismo espíritu que está pidiendo a los chinos la renegociación del préstamo para reconstruir la ruta 32.

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