Parte IV: ¿Trump? ¿Clinton?… El mensaje del papa Francisco

Uno de los periodistas de más prestigio a nivel mundial en la actualidad, el señor Ignacio Ramonet, también escritor y director de “Le Monde Diplomatique” en español (reputada publicación altamente reconocida y valorada), ha escrito un artículo denominado “Las 4 cosas que el Papa Francisco les dice a los pobres”.

En nuestros tres artículos anteriores y desde nuestra humilde perspectiva sindical nacional, de carácter sociopolítico, hemos venido comentando en igual sentido.

Ya que usted ha llegado hasta esta cuarta entrega (honor inmenso que se lo agradecemos muchísimo), vamos a copiarle a don Ignacio Ramonet su resumen y conclusiones en tal sentido, luego de tres encuentros sostenidos por el papa Francisco con representantes de una multiplicidad de diversos movimientos sociales planetarios: Vaticano, 2014; Santa Cruz (Bolivia), 2015; y, nuevamente, Vaticano 2016.

“Las cuestiones que se abordaron fueron, como en los dos encuentros precedentes, las denominadas tres ‘T’: ‘Trabajo, Techo, Tierra’, a los que se añadieron esta vez las cuestiones de ‘la democracia y el pueblo’; el ‘cuidado del medio ambiente y la naturaleza’; y ‘los emigrantes y refugiados’.

En su discurso de síntesis, Francisco empezó recordando ‘los diez puntos de Santa Cruz de la Sierra, donde la palabra cambio estaba preñada de gran contenido, estaba enlazada a cosas fundamentales: trabajo digno para los excluidos del mercado laboral; tierra para los campesinos y pueblos originarios; vivienda para las familias sin techo; integración urbana para los barrios populares; erradicación de la discriminación, de la violencia contra la mujer y de las nuevas formas de esclavitud; el fin de todas las guerras, del crimen organizado y de la represión; libertad de expresión y comunicación democrática; ciencia y tecnología al servicio de los pueblos’.

Y definió ‘un proyecto de vida que rechace el consumismo y recupere la solidaridad, el amor entre nosotros y el respeto a la naturaleza como valores esenciales. Es la felicidad de ‘vivir bien’ lo que la gente reclama, la ‘vida buena’, y no ese ideal egoísta que engañosamente invierte las palabras y nos propone la ‘buena vida’”.

A juicio de don Ignacio Ramonet son cuatro aspectos centrales y fundamentales los que el papa Francisco está recomendando para los pobres, para las organizaciones que los representan, para el desarrollo de su lucha social por una sociedad de integración y contraria a la desigualdad:

“1) ¡Rebelaos contra la tiranía del dinero! 2) ¡Sed solidarios! 3) ¡Revitalizad la democracia! 4) ¡Sed austeros! ¡Huyan de la corrupción!”.

Cuatro máximas que desde una perspectiva de un nuevo sindicalismo, el de carácter ciudadano y de naturaleza fuerte y estratégicamente sociopolítica, son elementos a considerar para enfrentar la etapa actual de la globalización excluyente ahora que está entrando la misma en la tercera ola neoliberal, según nos lo plantean desde la Confederación de Trabajadores y de Trabajadoras de las Américas (CSA).

Las apreciaciones del papa Francisco que ha venido vertiendo en estos tres encuentros globales con movimientos sociales y populares pueden considerarse como aportes para la construcción de una articulación estratégica de la lucha social y sindical en las circunstancias actuales.

Se nos ocurre pensar que ante democracias secuestradas por el capital hegemónico de corte neoliberal y por los latifundios mediáticos que sustentan su poder (según lo está planteando el propio papa Francisco); aportes para una construcción contra-hegemónica pueden provenir de contenidos elaborados procedentes de un sindicalismo ciudadano y sociopolítico; concatenándose ello con la posibilidad de individualidades realmente consecuentes y comprometidas insertas de manera intencionada y organizada en partidos políticos altamente sensibles a lo social-popular; y, propiciando la organización para la movilización con articulación multisectorial de amplia base…, ¿en aras de qué?:

UNO: Revitalización de la democracia (Democracia social y redefinición y control del poder de los latifundios mediáticos, por ejemplo).

DOS: La rebelión contra la tiranía del dinero (transformaciones tributarias estructurales, control-combate al poder de las transnacionales y sus TLC, por ejemplo). ¿Utópico?… ¡Diay sí! ¿Es que acaso la lucha social realmente verdadera, transparente y consecuente no lo es?

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